*Isabel Cadenas Cañón (texto y fotografías).- Niños de dos barrios de la Jerusalén palestina, uno judío y el otro árabe, conviven en los partidos organizados por el Hapoel Katamon, un club único. Heredero del primer equipo israelí en alinear a un árabe, este club es un ejemplo social en Israel.
El único con categorías inferiores femeninas lucha por sobrevivir en un país plagado de violencia. Pisgat Ze’ev es un asentamiento judío en medio de Jerusalén oriental -la Jerusalén palestina- . Es del color inconfundible de las colonias, la piedra caliza que se pretende bíblica, la geometría perfecta de las nuevas construcciones, y sobre todo eso: las calles nombradas en honor al Tzahal, el ejército israelí. Calle del Comando del Golán, calle de la Patrulla de Jerusalén, calle de las Fuerzas aéreas. La frontera que la separa de su vecino barrio palestino, Beit Hanina, es conocida por su violencia. Por eso sorprende que ocurriera allí.
Fue el verano pasado, en medio de la ofensiva israelí sobre Gaza. El ejército de Israel atacaba la franja por tierra y aire (murieron 2.200 palestinos, en su mayoría civiles) y Hamas respondía lanzando cohetes (murieron 66 soldados israelíes y siete civiles) hacia territorio israelí. Mientras en Jerusalén las sirenas sonaban casi a diario y casi a diario la gente corría a los refugios, niños palestinos e israelíes se dieron cita en el límite entre ambos barrios. Iban a jugar al fútbol. En esta ciudad dividida, la posibilidad de que niños de uno y otro lado se junten es remota. A no ser que, como aquellos de Pisgat Ze’ev y Beit Hanina, pertenezcan a la Ligat HaSchunot, la liga de barrios que organiza, desde 2009, un equipo de la ciudad: el Hapoel Katamon Jerusalén F.C.
“Aquí empieza mi historia”, dice Eitan Perry. Después observa la fotografía en silencio, como si fuera la primera vez, como si esa foto no presidiera desde hace años su mesita de noche. 22 hombres le devuelven la mirada, algunos en cuclillas, otros de pie, mirando a la cámara entre orgullosos por formar parte de un equipo de fútbol y sorprendidos por la novedad tecnológica. Son los años veinte. Es una de las primeras fotografías que se conservan del Hapoel Jerusalén F.C. El portero, de negro y con gesto ingenuo, es Ari Urek Blitz, su bisabuelo. ‘Blitz’ significa bombardeo en inglés -“no era un nombre muy prometedor para un portero”, se ríe Eitan. “Quizá por eso era suplente”.
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